lunes, 2 de marzo de 2009

La esquina y el niño

En las cañas vencidas de un viejo barrilete,
Se acuna la nostalgia de una esquina feliz,
donde un niño travieso, de pantalones cortos,
parece no cansarse de jugar y reir…

Una esquina de tierra con árboles frondosos,
a cuya sombra duermen su siesta los veranos
y en los alrededores, imponiendo los miedos,
las brujas y solapas andan de pies descalzos…

Una esquina poblada de hondas y gorriones,
de payancas, rayuelas y pelotas de trapo
y de manos repletas de rondas y canciones
y de sucias rodillas y bolitas de mármol…

Una esquina de barrio con cercas y tapiales,
Donde azules glicinas se besan con el aire
y un olor de malvones de una casa vecina,
sonroja las mejillas del cielo de las tardes…

A qué lugar ignoto se habrá ido es esquina
donde un niño me mira desde el lejano ayer…
¿ah! Si yo lo supiera y pudiera encontrarla,
correría a su lado para jugar con él.
Guillermo Santos Ledri

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